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Asma y rinosinusitis crónica: cómo una afección puede empeorar la otra

(BPT) - Si tiene asma y padece problemas crónicos de sinusitis, ambas afecciones podrían estar más relacionadas de lo que cree.

La rinosinusitis crónica es una inflamación prolongada de la nariz y los conductos sinusales que dura 12 semanas o más. Provoca congestión persistente, dolor o presión facial, goteo retronasal y dificultad para oler.

En ocasiones, la rinosinusitis crónica puede causar pequeños crecimientos en la nariz llamados "pólipos nasales". Se trata de bultos blandos, indoloros y no cancerosos. A nivel mundial, entre el 5 y el 12% de las personas padecen rinosinusitis crónica y hasta el 30% también desarrollan pólipos nasales. Cuando ambas afecciones están presentes, se denomina rinosinusitis crónica con pólipos nasales (RSCcPN).

¿Cómo afecta la RSCcPN al asma?

La rinosinusitis crónica con pólipos nasales puede empeorar el asma. La nariz, los senos paranasales y los pulmones forman parte de una "vía respiratoria unificada". Cualquier inflamación en las vías respiratorias superiores puede desencadenar síntomas de asma y brotes en las vías respiratorias inferiores. Los pólipos también pueden interrumpir el flujo de aire.

Debido a la naturaleza crónica de estas afecciones, las personas con RSCcPN y asma tienden a tener una peor calidad de vida.

¿Cuáles son las causas de la RSCcPN?

No se comprende exactamente la causa de la RSCcPN, pero varios factores contribuyen a su desarrollo.

Los senos paranasales y las fosas nasales están recubiertos por una barrera mucosa protectora que bloquea los gérmenes e irritantes. En las personas con RSCcPN, esta barrera se debilita. Cuando los microbios e irritantes la atraviesan, pueden desencadenar una inflamación prolongada en los senos paranasales. Con el tiempo, esta inflamación constante puede alterar la estructura del tejido sinusal, provocando el crecimiento de pólipos nasales.

Las personas con RSCcPN y asma también pueden presentar niveles elevados de anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE) o eosinófilos en el organismo.

  • La IgE es una proteína presente en la sangre que ayuda a combatir gérmenes. En algunos pacientes, puede provocar reacciones alérgicas.
  • Los eosinófilos son glóbulos blancos que combaten las infecciones. Un exceso de eosinófilos puede aumentar la inflamación.

Es importante obtener un diagnóstico preciso. Su profesional de atención médica tomará un historial detallado de sus síntomas y le realizará un examen físico. Las pruebas adicionales pueden incluir lo siguiente:

  • Pruebas de función pulmonar. Estas pueden ayudar a diagnosticar o revelar la gravedad del asma.
  • Análisis de sangre. Estos pueden ayudar a determinar los niveles de IgE y eosinófilos tanto para el asma como para la RSCcPN.
  • Tomografía computarizada de los senos paranasales. Las imágenes de los senos paranasales y la cavidad nasal pueden revelar la gravedad de la RSCcPN.
  • Endoscopia nasal. Esta consiste en la inserción de una pequeña cámara en las fosas nasales para buscar pólipos.
  • Pruebas de alergia. Estas ayudan a identificar alergias que podrían desencadenar los síntomas (también se utilizan para diagnosticar el asma alérgica).

Los desencadenantes de la RSCcPN a menudo se superponen con los del asma. Estos incluyen alérgenos como el polen, el moho o las mascotas. Los desencadenantes no alérgicos incluyen virus respiratorios, humo de tabaco, contaminación atmosférica y aire frío y seco.

Cómo tratar el asma y la RSCcPN simultáneamente

El asma y la RSCcPN requieren tratamientos diferentes. Hay medicamentos disponibles. Colaborar con su médico para controlar ambas afecciones le brinda la mejor probabilidad de alivio y una mejor respiración.

En el caso del asma, es esencial mantener los síntomas bajo control. La mayoría de las personas usan un inhalador de control diario con un corticosteroide inhalado. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la inflamación y mantener las vías respiratorias abiertas. También existen inhaladores de alivio rápido para los síntomas o ataques repentinos de asma.

Para la RSCcPN, los aerosoles nasales con corticosteroides son el tratamiento de primera línea. Pueden ayudar a reducir la hinchazón y la inflamación nasal. Un tratamiento corto con corticosteroides orales puede reducir el tamaño de los pólipos y mejorar la congestión nasal, pero el uso prolongado puede causar efectos secundarios graves. Si los medicamentos no funcionan, la cirugía para extirpar los pólipos puede ser una opción.

Los medicamentos biológicos pueden tratar simultáneamente el asma y la RSCcPN. Se administran en inyecciones cada 2 a 4 semanas y suelen ser una buena opción para personas con síntomas moderados a graves que no han encontrado alivio con otros tratamientos.

Los medicamentos biológicos atacan la inflamación subyacente, no solo los síntomas. Ayudan a reducir la inflamación de las vías respiratorias, mejoran la respiración e incluso pueden reducir el tamaño de los pólipos nasales. Algunos medicamentos biológicos están específicamente aprobados para personas con niveles altos de IgE o eosinófilos. Esto puede ayudar a los pacientes a mantener el control tanto del asma como de la RSCcPN.

Los profesionales de atención médica también pueden recomendar cambios en el estilo de vida, como evitar los desencadenantes. Esto también puede ayudar a reducir los síntomas del asma y la RSCcPN y a sentirse mejor.

Cómo empezar a tomar el control

Si tiene asma y síntomas crónicos de sinusitis, es hora de consultar con su profesional de atención médica. Considere la posibilidad de acudir a un especialista, como un alergólogo certificado. Pregunte sobre las pruebas de RSCcPN, ya que los problemas de sinusitis y los pólipos nasales podrían estar empeorando sus síntomas de asma.

Visite AllergyAsthmaNetwork.org para obtener más información sobre el asma y la RSCcPN.

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